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Es bastante más habitual de lo que creemos que accidentalmente se nos rompa un diente. Muchas veces, si se ha caído por un fuerte golpe, creemos que ya no hay solución y es diente perdido. Pero no, hay ocasiones en las que se puede salvar.

Si tienes una fractura y conservas la pieza, ve al dentista para que valore qué se puede hacer pero no deseches esa pieza; llévala también a la consulta, conservada en leche suero o saliva. Igual cuando la avulsión (pérdida del diente) es completa. La clave está en si la raíz ha sufrido o no daños, si es así, habrá que hacer una endodoncia o en casos más extremos, un implante.

Pero si la fractura es pequeña hay dos opciones: O bien reponer la parte dañada con resina dental o bien colocar una carilla si la fractura es en la parte frontal. En los casos en los que la caída es completa existe la posibilidad de reimplantación. Por eso os comentamos que no se debe dar el diente por perdido. Hay que mantener la calma e intentar llevar a la consulta de tu dentista, siempre que sea posible, la pieza dañada.

Es verdad que hay que actuar deprisa pero es mejor intentarlo que tener que pasar por la posibilidad de un implante. Recuérdalo en el próximo partido de fútbol, visita a un parque o si tienes tendencia, como quien escribe, a caerte sobre ti mismo. Estos pequeños accidentes ocurren más de lo que puedes imaginar.

*Varias fuentes.